El futbol mexicano volvió a hacerse presente en el máximo torneo de clubes europeos. Rodrigo Huescas, el joven extremo que salió de Cruz Azul rumbo al Copenhague, se lució con una asistencia en la Champions League, demostrando que los jugadores mexicanos pueden competir en la élite.
Huescas, de apenas 21 años, está viviendo un sueño: en pocos meses pasó de la Liga MX a tener minutos contra algunos de los equipos más importantes del mundo. Su estilo atrevido, rápido y con buena técnica le ha ganado titulares en Dinamarca y ahora empieza a llamar la atención en toda Europa.
Para los aficionados en México, su actuación es motivo de orgullo y esperanza. Ver a jóvenes como él romperla en Europa es un recordatorio de que sí hay talento, y que con decisión se pueden abrir puertas fuera de casa.
Aunque el camino apenas comienza, su asistencia en la Champions es más que una estadística: es la prueba de que los futbolistas mexicanos tienen lo necesario para hacerse un nombre en las grandes ligas, siempre y cuando reciban confianza y minutos.
