- La narrativa del gobierno y la credibilidad
- El sermón de la montaña de las mañaneras
¿Qué significa para un gobierno que se asume transformador afrontar la crisis sanitaria, económica y política con un sistema de comunicación social en crisis?
En la perspectiva de la 4T y de su liderazgo, la crisis global provocada por la pandemia acelera los cambios y propicia las transformaciones, las grandes reconversiones. Se parte de esta premisa: al quebrar el modelo neoliberal quiebra también su relato. Estas quiebras abren un vacío informativo y comunicativo que hay que cubrir. Como se sabe toda estrategia conlleva una narrativa que busca sustituir a la anterior, en este caso la neoliberal. Para ello es preciso leer la ola de cambios correctamente y cómo se narran esos cambios desde el gobierno que se reconoce transformador.
La premisa del relato de la 4T se basa en narrar que el pasado neoliberal degradó y corrompió al Estado, desviando sus fines benefactores y creó una sociedad excluyente, desigual, corrupta y enferma; narrativa que se repite desde el gobierno buscando implantar una huella mnémica: no olvidar un pasado catastrófico que hundió al país. Lo cual implica en un primer momento, desmontar el relato de un capitalismo de accionistas, predator; y pasar a un nuevo relato, la utopía que anuncia la redención de un pueblo a través de un Estado Benefactor, meritocrático, austero y republicano (¿poskeynesiano?); evitando el estigma del comunismo o del socialismo real empobrecedor y dictatorial; y dejar, para un segundo momento, la puerta abierta al futuro: la posibilidad de caminar a modelos económicos basados en las economías de coste marginal cero, sin crecimiento pero con igualdad; o a hacia un socialismo reinventado basado en la gestión de los bienes comunes.
La escuela poskeynesiana
Las visiones de futuro
Fin del capitalismo
“La escuela poskeynesiana parte de unos principios comunes a toda esta corriente de pensamiento: el escepticismo sobre el funcionamiento de los mercados, especialmente el de trabajo, la insuficiencia de la demanda agregada para mantener el pleno empleo, el énfasis sobre la incertidumbre y el papel que desempeña el tiempo en la toma de decisiones, el reconocimiento de que los factores monetarios pueden causar perturbaciones económicas reales y la aceptación de que los precios se determinan por las grandes empresas.” Jeremy Rifkin pronostica el surgimiento de un nuevo paradigma económico denominado el procomún colaborativo: una propiedad pública en tanto que pertenece y es gestionada por el conjunto de la sociedad, pero no está en manos de los particulares ni del Estado. Recomiendo leer a Rifkin, J. (2014): La sociedad de coste marginal cero. El internet de las cosas, los bienes comunes y el eclipse del capitalismo. Barcelona, Paidós. Mientras que Slavoj Žižek “… piensa que estamos frente a la muerte del capitalismo y que la única alternativa sería un comunismo reinventado y a nivel global, porque de otra manera entraríamos en una lucha por la supervivencia en la que impere la ley del más apto”. Para Žižek , “el comunismo no es el nombre de la solución, sino el nombre del problema, el problema de lo común en todas sus dimensiones: lo común de la naturaleza como la sustancia de nuestra vida, el problema de nuestro acervo común biogenético, el problema de lo común de la cultura («propiedad intelectual»), y por último, pero no menos importante, el problema de lo común como el espacio universal de la humanidad del que nadie debería estar excluido.” Recomiendo leer a: Žižek, Slavoj (2016). “La nueva lucha de clases: los refugiados y el terror”. Editorial Anagrama, Madrid. Y Pan(dem)ic!, COVID-19 shakes the world. |
Se observa una visión realista y utópica en la 4T: es probable que el sistema capitalista sobreviva. Pero tendrá que refundarse. El capitalismo tendrá que reajustarse o reconvertirse sustentado en el siguiente supuesto: sólo y sólo si se realiza un cambio radical en la distribución de la riqueza y disminuye la desigualdad el capitalismo sobrevivirá. Para ello tendrá que transformar el mercado y sus mecanismos de financiamiento para reorientarlo hacia una mayor igualdad social; centrarse en paliar la crisis económica con programas que reestructuren los sistemas de salud, el alimentario, del trabajo y de la educación. El modo de producción tendrá diseñar y operar una economía, moral, enfocada a disminuir la pobreza y a ofrecer salud y educación gratuita para todos. Una sociedad mas igualitaria con menos ricos. Cuestión que al parecer será el reto de todas las economías del mundo. El proyecto 4T es funcional a este cambio. En esta coyuntura el proyecto transformador de AMLO tiene una coyuntura favorable.
La estrategia mediática de la 4T
Ante el caos de la pandemia la visión redentora de la 4T dibuja la nueva utopía, nos plantea la vuelta a “la normalidad” bajo un relato que ve al pasado como el lugar no deseable, redimible, que ahora más que nunca requiere de la transformación (el Angelus Novus de Benjamin): caminar a una nueva normalidad es caminar a la transformación, sustentada en los proyectos que darán trabajo y bienestar; se aprovechará, se dice, la crisis para reorientar la economía y darle cause a las reformas sociales que permitan disminuir drásticamente la desigualdad. La crisis aceleró los cambios y por tanto, ésta no los posterga o anula como quiere la oposición.
En este relato, pos-pandemia, se habla ya de un sistema de salud robustecido donde antes había un sistema abandonado, en quiebra, en manos de oligopolios farmacéuticos; un sistema fiscal que robustece las finanzas y la posibilidad de enfrentar a la delincuencia con inteligencia y legalidad, etcétera. La narrativa de la 4T señala que México tiene la oportunidad histórica de acelerar los cambios para reorientar, por ejemplo, la industria alimentaria, la vida social y familiar. Desde esta perspectiva las reformas laborales y los megaproyectos son claves para garantizar empleo y comida para todos.
En el relato de la 4T, ya en la pos-pandemia; se habla de un pacto solidario para que con igualdad y fraternidad se reconstruya el tejido social. Se menciona que es “la hora” de reconstruirnos desde la salud y la educación (bienes comunes gratuitos); volver a nuestras tradiciones y reencontrarnos como personas para crear una nueva convivialidad: no más enfermos producto de una industria alimentaria que produce alimentos que nos hacen obesos, diabéticos e hipertensos; no más consumismo alienante; no más trabajo que limita el tiempo para una vida comunitaria pacífica y feliz.
El discurso de la transformación adquiere una nueva vitalidad. Pero también nuevas oposiciones y contra-narrativas que intentan e intentarán revocar o contener, “hacer contrapeso” a esta estrategia; ello provoca relatos críticos, incluso virulentos, que se expresan libremente en los medios de comunicación y en las redes. La 4T no sólo les replica sino que los provoca bajo las lexías del respeto a la oposición, el derecho de réplica y de la comunicación circular (diálogo de ida y vuelta).
Como puede observarse, en esta narrativa los problemas de la seguridad, el narcotráfico y la violencia intrafamiliar o contra las mujeres se subordinan o se amortiguan al discurso pos-pandemia: rescatar la economía reconvirtiéndola en un acto moral de justicia. Una apuesta peligrosa pero sugerente y pragmática. Este es el manifiesto lopezobradorista para sostener la 4T, el story-telling objetiva un proyecto centrista, desarrollista, pacifista, anticorrupción, incluso social-cristiano. Tal y como lo identifica Heinz Dieterich (hasta que se atravesó la pandemia):
“Con un excelente programa de gobierno sexenal, Andrés Manuel López Obrador (Amlo) convenció en el 2018 a 30.5 millones de mexicanos, de votar por él para reconstruir el país. Durante el año siguiente (2019), afianzado sobre un proyecto centrista-desarrollista social-cristiano, y el invaluable apoyo del capitalista latinoamericano más visionario y poderoso, Carlos Slim Helú, el presidente creó la época de oro de su proyecto de gobierno. Avanzó contra la corrupción, consiguió el apoyo de las Fuerzas Armadas, fundó la Guardia Nacional, logró la estabilidad del peso, los megaproyectos de crecimiento, los programas de asistencia social, el modus vivendi realista en la frontera sur y la conditio sine qua nonde toda su gobernanza: una relación distensionada con el amo del hemisferio, Washington.”[ver en https://aristeguinoticias.com/0506/mexico/peligro-para-la-4ta-transformacion-y-ultimatum-militar-contra-trump-articulo/ ]
Esta narrativa ha tenido, como estrategia mediática, dirigirse a la ciudadanía, a los públicos, “al pueblo”, utilizando tanto formas de circulación de la información tan antiguas como la asamblea o los emisarios como los complejos sistemas de producción de mensajes a través de los medios de comunicación masas y de las redes virtuales de internet; anunciando en cada pueblo, ciudad o región del país, las proclamas de su gobierno con asambleas para escuchar reclamos y peticiones, disminuyendo el uso de los medios tradicionales, creando una estructura propia, sui generis, para difundir su agenda. Identificamos no solamente los medios de comunicación de masas sino también otros sistemas de comunicación: el asambleario, el de emisarios y el de redes de distribución; que el presidente usa eventualmente en sus continuas giras y actos públicos en toda la República:
Subsistemas complementarios de comunicación institucional integrados al sistema de comunicación de masas usado por AMLO
Manuel Martin Serrano señala que “los tipos de sistema de comunicación institucional pueden ser situados histórica y funcionalmente hasta incluir a la comunicación de masas. La forma de circulación de información pública es un criterio suficiente para señalar las diferencias que en esta ocasión conviene subrayar:” [1] Asambleario; todos participantes de una comunidad se reúnen en un mismo lugar, solo unos comunicantes se dirigen al público asistente.Emisarios: un mensajero o ”pregonero” difunde un comunicado y establece el enlace inverso. El perifoneo se inscribe en esta práctica comunicativa que se emplea para la acción de emitir por medio de altoparlantes un mensaje o aviso de cualquier tipo.Redes de distribución de mensajes: se especializan en dirigir información a ciertos grupos de la población elegidos por la posición que ocupan y a las funciones que desempeñan. Se crea un conjunto de eslabones informativos: “…los emisores que inician el proceso comunicativo no hacen llegar directamente sus mensajes a los receptores finales, sino a otros intermediarios; quienes actuando a su vez como emisores respecto del siguiente nivel de comunicantes, van controlando el proceso de difusión.” Estos subsistemas se adaptan a lo que hace el presidente en sus giras y encuentros con “el pueblo”. |
Objetivos políticos de la narrativa 4T
AMLO se sirve de estas formas de circulación de la información pública para alcanzar dos objetivos: uno, para posicionar su agenda transformadora y otro, para dar sentido, significado a su estrategia:
- En el primer caso su estrategia consiste en criticar, exponer y denunciar a aquellos que se oponen a su proyecto a los cuales identifica como adversarios, no enemigos, calificándolos de conservadores y algunos como corruptos; “develando” su doble moral e hipocresía. En este sentido, provoca y reta a los medios de comunicación y a sus comentaristas/editorialistas; constantemente les muestra sus abusos informativos y revela sus lealtades inconfesables. Lo cual provoca reacciones muy virulentas en el círculo rojo. Esta replica constante a los medios se refleja en un respuesta mediática hipercrítica, virulenta y en oposiciones (partidistas, empresariales y de grupos de extrema izquierda y derecha) que se manifiestan airadamente contra todo lo que signifique la 4T. Esta oposición tiene como contraparte la aceptación de un público pro- AMLO, en el círculo verde, de los mensajes crítico/agresivos y no conciliadores del presidente. Se trata, creemos, de debilitar la estructura mediática y de propiciar su reconversión. Cuyo objetivo es el de separar al gobierno de su maridaje con los mediocracia, incluyendo a los influencers mediáticos, conocidos por sus nexos con el viejo régimen. La pandemia no ha modificado este objetivo. Al contrario, lo ha profundizado.
- En el segundo caso, la estrategia de la 4T implica dar sentido o significado a la transformación social. Usa para ello, modelos expresivos pregnantes como la parábola y la épica, en una habla sencilla y coloquial, campesina, “hablándole al pueblo” campechanamente. El presidente enculturiza a su “pueblo” y le advierte que existen adversarios, “conservadores”, que quieren evitar llegar a la tierra prometida de la prosperidad y la felicidad. Como cualquier político, este es su ingrediente mesiánico, que a decir de Todorov todo mensaje político transporta, y que AMLO preconiza como un verdadero evangelizador. Incluso advierte que las transformaciones implican contradicciones, conflictos y problemas, no solamente “retos” sino una épica para transitar momentos convulsos: habrá que soportar las plagas y atravesar el Mar Rojo. La pandemia es una plaga como lo es la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad o el huachicol, etcétera. Se derrotará favoreciendo a los pobres; limpiando y reconstruyendo el sistema de salud y reorientando nuestra industria alimentaria y reconstruyendo el mundo laboral y familiar. No es un Mesías, como Krauze lo define, que redime sino un representante del pueblo que lo mandata a transformar al país. Un Moisés/Odiseo/misionero. Para derrotar a los lestrigones del viejo régimen, propone una Odisea ética: regenerar la vida republicana a través de la honestidad, la austeridad y el compromiso de sus funcionarios, basada en tres imperativos categóricos: no robar, no mentir y no traicionar. Para ello desmonta todos los días la ideología neoliberal “reeducando” o volviendo a “rescatar” las tradiciones y la “cultura” mexicana: el pueblo sabio no se equivoca.
El sermón de la montaña de las mañaneras
Las mañaneras no sólo son un espacio para posicionar una agenda, presentar logros/avances y descalificar a los adversarios sino un espacio para “educar” a la ciudadanía. Más allá de las visiones eruditas como La Jaula de la melancolía (Bartra) o de El laberinto de la soledad (Paz) ofrece un sermón, la parábola del Sermón de la montaña; en donde los panes y los vinos se multiplicaran si se tiene fe en la transformación de México. Un relato bíblico que se combina con principios laicos del respeto a la autonomía de las personas y a sus creencias. El presidente, lo mismo revisa la historia de México que inculca hábitos para una vida sana, familiar, pacífica y comunitaria. Mito y rito conjuntados apelando al imaginario de la sociedad mexicana.
Esta novedad ha sido acompañada con la presencia matutina del Presidente que ahora dialoga, disiente e increpa a los medios tradicionales, sobre todo a la prensa de oposición y a los comentaristas que pueblan el hipostasiado círculo rojo. Este estilo presidencial choca con los medios, los irrita; llama la atención que el establecimiento mediático, la prensa nacional, ha hecho un vacío a estas conferencias cotidianas, no asisten presencialmente más que cuando quieren confrontar, demandar o replicar. Sin embargo, el poder mediático sigue la agenda presidencial para cuestionarla, criticarla, duramente; resaltando incongruencias, contradicciones o gazapos del propio presidente o de su gabinete. El resultado es un antagonismo radical entre los medios nacionales e internacionales y el estilo comunicativo del presidente. Basta con leer sus informaciones, reportajes, artículos y los editoriales del establecimiento mediático para percatarse del tamaño de la confrontación. Más que un dialogo comprensivo es una debate para confrontar; donde lo novedoso es que los medios son también cuestionados, replicados y acusados constantemente sobre la manera en que informan: ¿Es una lucha por la credibilidad por posicionar una agenda transformadora? O también ¿es una manera de establecer una relación autónoma con los medios, liberándolos de las ataduras de los subsidios y del gasto publicitario?; ¿es solamente una provocación para distraer o para evidenciar las debilidades y propiciar su quiebre? Sin duda, esta nueva forma de comunicar ha logrado que emerja un nuevo periodismo, que los santones de la información llaman “molecular”; pero que si se mira con objetividad y detenimiento, nos da una señal de cambio, del nuevo orden informativo por venir: es el embrión de un periodismo, distal, policéntrico que es todavía muy naive, pero que es más cercano a la ciudadanía y a los públicos que no compran periódicos ni ven ni oyen los noticieros ni las aburridas mesas de análisis o los reumáticos conversatorios que nos ofrece el oligopolio mediático.
Carencias, contradicciones y logros de la narrativa de la 4T
Sin embargo, la llegada del Covid 19 ha hecho notar carencias y contradicciones en la comunicación gubernamental. Carencias que se han manifestado a lo largo de un año y medio de gobierno; es decir, desde antes de la pandemia. Se refiere a una incapacidad para apoyar las líneas discursivas del Presidente y generar información institucional objetiva, relevante y verdadera. Creemos que está debilidad refiere a lo siguiente:
La existencia de un anquilosado aparato comunicativo estatal construido sobre el control y la manipulación informativa. Éste, no ha podido reconvertirse y sus estructuras informativas siguen las pautas de una comunicación oficiosa ligada a prácticas corporativas y clientelares. Un ejemplo es el caso de Notimex y otro, la manera en que los canales estatales siguen produciendo información bajo modelos donde el concepto de información se subordina al interés del gobierno, sesgando la información. La noción de una información objetiva y veraz sobre lo que hace el gobierno no se ha logrado implantar en la visión y la misión de los medios de comunicación estatales. Los medios de comunicación del Estado deben garantizar la gobernabilidad y la buena gobernanza: no se han reconvertido en órgano del Estado. En este caso la 4T tiene mucho camino que recorrer.
Es notorio que en las áreas de comunicación de las secretarías y instituciones del gobierno federal no hay coherencia comunicativa ni constancia informativa , tanto en el mensaje como en la narrativa que propone el Presidente. Los medios opositores todos los días ponen en entredicho lo que hacen y no hay respuesta, una contra narrativa. Las críticas de la oposición no son contestadas oportunamente ni puntualmente por los funcionarios aludidos; y éstos, no son capaces de ser proactivos sino sólo, en ocasiones, reactivos. Esta ataraxia, también la padecen los otros poderes del Estado (el Congreso, la Fiscalia y el Poder Judicial), tanto sus medios de comunicación como en el posicionamiento de sus representantes. Además, los medios e instrumentos de comunicación institucionales son subutilizados y reproducen formatos expresivos empobrecedores; todavía no se adquiere el dominio de los lenguajes que permiten los espacios en el ciberespacio (las transnarrativas y el hipertetexto). Muestran una ataraxia expresiva mayor que los medios tradicionales. Bastaría con ver la pobreza expresiva de los canales del Congreso o el Judicial o las cuentas de los funcionarios en los espacios del ciberespacio para darse cuenta de esta debilidad informativa y comunicativa.
De la misma manera, no existe entre los comunicadores, los trabajadores de la información, un aprendizaje colaborativo para producir y distribuir información usando los nuevos lenguajes y recursos de las tecnologías de la información. No se trata de convertir a los medios en propaganda del gobierno en turno sino en usar a los medios para cumplir con sus funciones, de proporcionar datos confiables para que la ciudadanía conozca lo que hace el gobierno y ejerza su papel de vigilante y supervisor de sus acciones. Aunque, cabe decir, el ejercicio de información realizado por las autoridades sanitarias para informar sobre el desarrollo de la pandemia abre camino a la credibilidad, mostrando las posibilidades que tienen los medios para informar comprensivamente y lograr un aprendizaje social que nos mejore como sociedad. Este ejercicio ha permitido que los diferentes públicos, estratificados por edad, sexo y hábitat, puedan conocer las circunstancias de la pandemia de manera transparente y obtener información valiosa para cuidarse. A pesar de este buen ejercicio informativo, no se ha logrado replicar utilizando estrategias de redes de distribución tanto virtuales como reales.
También, las conferencias de la autoridad sanitaria han mostrado la ausencia de los grandes medios (aunque el Reforma tenga una presencia diaria) y la presencia de los mismos. La credibilidad de la las mañaneras se critica y se habla de periodistas manipulados. El mismo Heinz Dieterich es un ejemplo de esa crítica que habla de una “crisis existencial” de la 4T: “Errores estratégicos contraproducentes para la 4ta T, como su posicionamiento ante el 9 de marzo; la suicida disolución de Morena; la minimización del Covid-19 y, ahora, la “austeridad franciscana” en tiempos de emergencia económica global sin precedente desde 1929, evidencian la creciente fragilización del proyecto original en el año 2020”. Puede ser; pero no es producto de una minimización del Covid 19, ni de la necesaria austeridad, por cierto no para todos, sino, creemos, de un mal manejo narrativo, no aplicable, por cierto, a las autoridades sanitarias que tienen un aceptación/credibilidad ciudadana muy alta. Lo que existe es una debilidad narrativa para movilizar a la ciudadanía en torno a cuidarse y resguardarse; y sí, muchas contradicciones en los funcionarios del gobierno, los legisladores y los militantes/dirigentes de MORENA para dar cohesión a la gobernanza y unir el relato a los hechos.
No creo como dicen sus críticos que al aumentar la entropía mundial y nacional el proyecto de la 4T tenga por único cauce el ser demolido por el desorden ni que “científicamente” se camine al desastre; me parece un abuso epistemológico señalar que las leyes de la termodinámica se trasladen a las dinámicas sociales, sobre todo porque los sistemas sociales se comportan con alto grado de resiliencia y no colapsan por una “mala lectura” del entorno mundial y regional sino por su incapacidad de sostener la cohesión social y los mínimos de gobernabilidad. Más bien, la incertidumbre que nos arroja la pandemia abre interrogantes ante una crisis inédita que hace aflorar acciones comunicativas contradictorias y fallidas, pero que no necesariamente conducen al colapso del sistema social sino a una profunda reconversión, esperamos menos violenta y más pacífica. El tema como siempre es el poder: ¿quién decide? Y por tanto cuál será su relato y sus correlatos.
La funcionalidad de un sistema depende de su consistencia, de su estabilidad y de su flexibilidad. Y tendrán que responder a los cambios en el modelo “civilizatorio” que está por llegar y que suplantara al modelo neoliberal, sea capitalismo estatal benefactor o socialismo reinventado. Si no se hace una lectura adecuada de la crisis ecológica mundial, las pandemias y los horrores del hambre y la violencia se extenderán, como lo han visualizado desde hace años Enzesberger en su libros “perspectivas de guerra civil” y “La gran Migración” o el filósofo coreano-alemán Byung Chul Han en su opúsculo sobre la “sociedad de cansancio”. Como lo advierte el portugués Boaventura de Sousa: los países menos leales al neoliberalismo podrán solventar la crisis ecológica. Son tiempos de refundación o de transformación de la sociedad centrada en la defensa de la vida y menos en la defensa de un crecimiento sin sentido y terriblemente desigual bajo la ideología de un bienestar excluyente que nunca llegó sino que ahondó las desigualdades sociales.
Boaventura de Sousa Santos advierte
“La pandemia de coronavirus es una manifestación entre muchas del modelo de sociedad que comenzó a imponerse a nivel mundial a partir del siglo XVII y que ahora está llegando a su etapa final. Este es el modelo que hoy está llevando a la humanidad a una catástrofe ecológica. Ahora, una de las características esenciales de este modelo es la explotación ilimitada de los recursos naturales. Esta explotación está violando fatalmente el lugar de la humanidad en el planeta Tierra. Esta violación se traduce en la muerte innecesaria de muchos seres vivos en la Madre Tierra, nuestro hogar común, tal como lo defienden los pueblos indígenas y campesinos de todo el mundo, hoy apoyados por los movimientos ecologistas y la teología ecológica. Esta violación no quedará impune. Las pandemias, como las manifestaciones de la crisis ecológica, son el castigo que sufrimos por tal violación. No se trata de una venganza de la naturaleza. Es pura defensa propia. El planeta debe defenderse para garantizar su vida. La vida humana es una parte ínfima (0,01%) de la vida planetaria a defender”. De Sousa Santos, Boaventura. La cruel pedagogía del virus. 1a ed . Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2020. Libro digital, PDF – (Masa Crítica / Batthyany, Karina) |
¿Qué falta en la 4T en la post-pandemia?
La gravedad de la pandemia y el número de muertos no desestabilizan per se al sistema sino la incapacidad para responder a las contingencias y a los terribles efectos que sobre la economía de las personas traerá el confinamiento: el colapso de los servicios sanitarios, educativos, administrativos; el desempleo, la carestía o los éxodos humanos por el cambio climático. Si se observa con frialdad, la pandemia provocará tantos muertos como la influenza estacional, la diabetes o la hipertensión; si no hay camas, ni equipo y materiales; ni personal médico suficientes vendrá una crisis severa y una pérdida de credibilidad para el gobierno. Pero esto se agrava: la carestía, el desempleo o el cambio climático provocarán crisis políticas de hondo calado. Las cuales podrían quebrar no solamente a la 4T y su narrativa sino a todo el sistema capitalista, lo cual es posible aunque poco probable, por ahora. De ahí que sea tan importante mantener una circulación permanente de información confiable que pueda ser constatada o verificada con hechos. Hasta ahora el sistema de salud ha respondido a pesar de la debilidad en la que estaba antes de la pandemia. La 4T no ha logrado contrarrestar los relatos que hablan de que la pandemia no fue atendida a tiempo y que tampoco se interpela a los que dicen que la crisis global no fue “entendida”. Sus enemigos todos los días señalan que la estrategia no es buena e incluso algunos que no existe y que la pandemia es la distopía de la utopía de la 4T. Al parecer, las conferencias de López Gatell no son suficientemente replicadas tanto en el famoso círculo rojo como en el verde.
En lo económico, la 4T no ha logrado posicionar que la austeridad permite afrontar la crisis sin endeudamientos, ofreciendo ejemplo concretos para demostrar que se puede salvar la crisis sin hacer a un lado los grandes proyectos para el desarrollo. Hace falta que los funcionarios y la comunicación del gobierno ofrezcan información que muestre lo eficaz de ser frugal y austero; y superar el síndrome franciscano. La 4T no cuenta con un relato consistente para posicionar las políticas para contrarrestar el desempleo, la inflación y el posible déficit fiscal y cómo reactivar el comercio, el crecimiento y aumentar el ingreso. Que son los relatos que se requerirán para comprender la pos-pandemia. Esto incluye el relato de la lucha contra corrupción, la evasión de impuestos y el crimen organizado. El relato que se requiere es de no endeudarse para no perecer. Para ello es necesario plantear una estrategia económica que grave gradualmente las ganancias por sectores y permita un desarrollo sustentable de cara a las innovaciones tecnológicas que podrían facilitar un nuevo modo de producir y consumir: ¿qué relato sería el adecuado para esta compleja realidad ya presente?; ¿cómo traducir a Keynes en México?. El equipo de gobierno de AMLO debe armonizar la utopía-relato de la 4T con la distopía-relato de la pandemia, habrá que esperar…
[1] Martin Serrano, M. (1986). La producción social de comunicación. Madrid, Alianza editorial.